La cuna y la cruz están inextricablemente unidas en el cuarto domingo de Adviento. Entre un hermoso homenaje a la pequeña ciudad de Belén y el magnífico canto de alabanza de María, la carta a los Hebreos nos recuerda en términos inequívocos que el advenimiento de Cristo es para “la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”. Es el tipo de tensión en la que vive siempre la Iglesia cuando en la santa comunión –con gran deleite– “proclamamos la muerte del Señor”.
Únase a nosotros para nuestro culto que comienza a las 12:00 p. m. en la Iglesia Luterana Atonement (1980 Silver Lake Road New Brighton, MN 55112). ¡Todos son bienvenidos!